El dolor de espalda en embarazadas tiene un gran impacto en la calidad de vida de la mujer. Suele aparecer durante algunas etapas del embarazo.
La espalda de la embarazada va experimentando a lo largo de la gestación una adaptación progresiva a su nuevo estado. Las curvas de la columna llegan a variar hasta 28º para contrarrestar el aumento de tamaño del útero y mantener el centro de gravedad estable. Es decir, el centro de gravedad se desplaza hacia adelante y para que la mujer no se caiga, la columna lumbar se arquea más aumentando la lordosis lumbar, y secundariamente un aumento de la curvatura en la columna dorsal (hipercifosis dorsal).
¿Sabías que el 50% de embarazadas sufre dolor lumbar?
El dolor lumbar o lumbalgia se produce en la zona baja de la espalda. Aunque no suele ser un dolor constante, puede llegar a ser muy molesto. Suele agravarse al caminar, estar de pie, al levantar objetos, etc.
El dolor de espalda en embarazadas durante el primer trimestre puede llegar a ser un predictor del dolor en el tercero. En el postparto, en el 93% de los casos, el dolor desaparece. El 7% restante tiene alto riesgo de padecer un dolor lumbar prolongado. Cabe destacar que el dolor postparto suele ser de menor intensidad.
Durante los últimos meses de gestación aumenta la lordosis lumbar; una curvatura en la zona baja de la espalda que suele desaparecer después del parto.
Las características del dolor suelen variar en cada caso. Los síntomas más frecuentes son dolores secos, intensos y poco definidos. En algunos casos, como hemos mencionado, pueden llegar a impedir a realizar actividades cotidianas como caminar.
Cuando las molestias impiden llevar un ritmo de vida normal, se debe consultar con el especialista.
Recuerda que en el Instituto de Cirugía de Columna ponemos a tu disposición a los mejores especialistas en columna vertebral.
¿Qué podemos hacer para prevenir el dolor de espalda en embarazadas?
- Hacer ejercicios para fortalecer los músculos de la espalda, abdomen y mejorar la postura. Caminar y nadar son muy buenas opciones. Recuerda consultar con tu médico qué tipo de ejercicios es más seguro para ti.
- Intentar sentarse de una forma que sostenga la espalda. Colocar una almohada en la parte baja de la espalda puede ser de ayuda para evitar encorvarse.
- A la hora de levantar un objeto, se debe mantener la espada recta y levantarse con las piernas, no con la espalda. ¡Se debe evitar levantar las cosas pesadas!
El uso de zapatos cómodos y de tacón bajo que brinden apoyo a todo el cuerpo.
- Siempre es mejor dormir de lado. Colocar una almohada debajo del estómago y entre las piernas dará mayor soporte.
- Se debe evitar permanecer en la misma posición durante un tiempo prolongado. En caso necesario, se debe intentar descansar un pie a la vez, elevándolo sobre algún apoyo. Si no se tiene nada a mano, improvisar con el bolso, una botella de agua o cualquier objeto que nos dé algo de altura.
- Relájate. Intenta dejar a un lado el estrés, la ansiedad y apúntate a una clase de yoga prenatal. O a una clase de Aquagym. También puedes intentar relajarte con un paseo por el parque, sin olvidarte de respirar.
Recuerda que estos consejos no deben sustituir en ningún caso, la recomendación médica sobre una condición o caso particular.
En definitiva, para prevenir los dolores de espalda se debe evitar el sedentarismo. También debemos ser conscientes de los cambios de nuestro cuerpo así como de una alimentación adecuada para evitar subidas de peso. Incluir pequeños cambios positivos en nuestros hábitos diarios nos beneficiará no sólo a nivel físico sino también a nivel emocional, mejorando notablemente nuestra calidad de vida.